Daniel Llamas

🧊 #63 ¿Y si lo peor del proyecto es acabarlo?

Bueno, pues hoy es el día.

Esta noche empieza Eurovisión y, con ello, acaba esta serie de correos temáticos.

La final será el sábado, pero realmente sólo es la punta del iceberg.

Desde el momento en que se anuncia la primera canción (suele ser en diciembre y suele ser Albania) comienza la temporada eurovisiva. Llena de preselecciones, confabulaciones, apuestas, filtrado de detalles, ensayos…

En una semana, habrá acabado abruptamente, comienza el otro semestre.

Me recuerda un poco a los proyectos donde suelo meterme, porque siempre culminan con una experiencia presencial como fin de fiesta, donde realmente lo que estáis viendo es la materialización de muchas horas de trabajo previo.

De hecho, me suele parecer injusto evaluar todo un proceso a raíz de un único resultado porque estamos ignorando otras muchas repercusiones. Siempre te puedes resbalar, te puede saltar un espontáneo, o te pueden robar una obra expuesta. Sin embargo, como es lo visible, al final acabamos cayendo en la tentación de ponerle un maquillaje especial a ese entregable visible para que haga justicia a todo lo demás.

La de entrenamientos que ha tenido que completar ese jugador para que ahora veas sólo su penalti fallado en la final de la Champions.

La de equipo que tiene detrás ese político escribiéndole los discursos para que luego improvise y meta la pata en medio del mitin.

Lo confieso: realmente lo que menos me gusta de Eurovisión es Eurovisión. O sea, la gala final. Lo que para ti es Eurovisión.

Es esa misma sensación que acabar un libro, que terminar una serie, que completar un juego. Bien pero mal.

Creo que me pasa igual con los proyectos. Sí, el evento final puede ser excitante y divertido, pero es el momento donde tienes todo que perder, literalmente, porque el proyecto se va. La línea del horizonte a partir de la que todo vuelve a ser yermo.

Yo también funciono por dopamina, pero como tres; no es la dopamina de la improvisación, sino la de ver cumplido un plan. Eso es lo realmente excitante para mí. La emoción también se construye día a día.