Daniel Llamas

👔 #31 ¿Y si no sé atarme la corbata?

Es fácil de intuir: soy malo con los nudos de las corbatas.

Total, un par de graduaciones y de bodas. En el trabajo aún no me ha tocado.

Hay otras personas que, en cambio, acumulan años de nudos diarios. Sin mirar. Automático.

A esto le llamamos memoria muscular.

Gestos que tenemos tan integrados que no somos conscientes cuando los ejecutamos. Como cuando nos atamos los zapatos, desbloqueamos el móvil o conducimos.

En realidad, con nuestra mente pasa lo mismo. Todo el rato inventamos atajos para evitar el esfuerzo de pensar en algo que podemos hacer con piloto automático.

Por ejemplo, yo llevo años apuntando en la misma lista cada libro que alguien me recomienda. Así evito que ocupe espacio en mi cabeza o que pierda tiempo buscando en otros sitios.

Es también una secuencia de pasos.

Digamos que hay memoria muscular, pero del cerebro.

El otro día leí un artículo sobre un matemático que ha calculado que existen 177.147 formas diferentes de hacer el nudo a una corbata.

Esto nos muestra cómo podemos creer que nuestra única manera es la buena, la inmutable, pero en realidad hay infinitas más.

Mientras el único nudo que debamos hacer es el que sabemos, todo irá bien.

Pero cuando la vida nos enfrenta al reto de hacer otro distinto, toda nuestra inteligencia muscular se derrumba.

Nos encontramos con otro tipo de planteamiento: ya no basta el piloto automático, tenemos que pensar.

Esto no siempre es tan evidente porque, normalmente, acabamos aplicando las mismas soluciones a diferentes problemas.