Daniel Llamas

🕯️ #19 ¿Y si no me salen proyectos?

Curioso lo perversa que es la ley de Parkinson sobre cómo repartirnos el tiempo.

El pasado año descubrí que cuanto más trabajo tengo, menos tiempo realmente estoy trabajando, y viceversa. Supongo que influye aquello de que el autónomo trabaja tres veces: para uno mismo, para el cliente de ahora y para encontrar el cliente del mañana.

Durante años no llegaba a calibrar la estacionalidad de las rachas fructíferas, por lo que en cuanto llegaba el duro invierno, entraba el agobio y la desesperanza. Ni trabajo ni descanso.

Porque la ventana de Overton de la precariedad al final te hace acostumbrarte a estados anormales y si encadenas esfuerzos excepcionales hasta convertirlos en rutina parece que cualquier tipo de relajamiento debería estar penalizado.

Paradójicamente, no hay proyecto más feliz que aquel que sé que voy a cobrar. Las horas de trabajo tienen su parcela y me da paz saber que puedo pasear por su exterior.

Este invierno, tras la tralla del semestre anterior y aprovechando mi desmiopización, he decidido no parar… de descansar.

Al fin y al cabo, por hacer más ruido, por trasnochar más horas, por disparar al aire, nunca me salieron más proyectos. Cuántas veces nos repetimos que no se trata de trabajar más sino más inteligentemente. Para eso hace falta aprender a poner los huevos en los nidos adecuados pero sobre todo a decir que no a una gran parte de propuestas. Y añadir una nueva frontera a las que ya separan esos tres tipos de trabajo del autónomo, que es la del divertimento.

Ahora mismo intento disfrutar de esta hibernación. Probablemente mañana me volvéis a ver acelerado pero espero prometer que no me estarán liando otros sino que, al menos, me estaré dejando liar yo.