Daniel Llamas

🍎 #21 ¿Y si la gravedad no existe?

Imaginemos a un señor con un gorro de papel albal que camina por la calle empujando un carrito y agitando un cencerro mientras grita: «¡veeeeeendo polvos mágicos de Newton!»

¿Qué pensarías?

A/ Ese señor está loco.

B/ La gravedad no existe.

Si tu respuesta ante esta afilada disyuntiva es evidente (espero)… ¿por qué no siempre sucede así en otras situaciones similares?

Aquí va mi alegato: Es TOTALMENTE COMPATIBLE que exista una ciencia con el hecho de que ésta se acabe maleando en búsqueda de ciertos réditos hasta su perturbación.

¿Qué significa esto?

Que la narrativa de la homeopatía no invalida el nutricionismo.

Que la narrativa del terraplanismo no invalida la crisis climática.

Que la narrativa del horóscopo no invalida la astronomía.

Que la narrativa de la alquimia no invalida la química orgánica.

Que la narrativa de Pokémon no invalida la teoría de la evolución.

Esto también ocurre en el ámbito laboral.

Cuando alguien te vende un curso sobre cómo vender cursos, ponemos la cruz a todo aquel que lanza formación en base a su experiencia.

Cuando alguien cuenta humo como gurú del coaching, ponemos la cruz al valor de una sesión de psicología conductual.

Cuando alguien da la turra subiendo stories a Instagram, ponemos la cruz a las redes sociales como estrategia de comunicación.

Cuando alguien se autodenomina CEO de startup sin tener absolutamente nada, ponemos la cruz a la gente emprendedora que de verdad aporta y genera valor.

Vivimos en una época con tanto estímulo que a veces no es evidente si vino primero la realidad o la ficción. Aprendamos a ser críticos para que, cada vez que señalemos un humo, no nos quedemos mirando el dedo.