Daniel Llamas

♟️ #4 ¿Y si empezamos a creérnoslo?

El otro día tuve que reescribir mi CV, algo que tanto a Vicky como a mí nos cuesta mucho porque llevamos toda nuestra trayectoria dando tumbos y haciendo muchas cosas que nunca parecen suficiente.

De hecho, pensamos que se valora más cualquier experiencia si va ligada a un cliente y realmente no puedo estar más de acuerdo. Porque un cliente te obliga a medir un impacto y a asegurar una eficacia. Aunque luego no sea real, al menos te otorga los argumentos para aparentarlo.

Tengo mucho cariño a algunas de las experiencias que me han construido como profesional pero, como solía decir, nunca pudieron salir mal, porque no existía un indicador de éxito verdadero y radical. La ausencia de tangibilizar una exigencia a veces derivaba en caminos suntuosos que son tan interesantes de explorar como laxos en términos pragmáticos.

De un tiempo a esta parte, por fortuna, hemos aprendido a proyectificar toda nuestra actividad y generar espacios de trabajo con unas exigencias que, primero, son internas, y luego se trasladan a los patrocinadores y clientes que apuestan por invertir a través de dichos marcos.

El reto ahora es el inverso: no flojear con el mantenimiento de dichos formatos aunque ya existan proyectos con cliente a raíz de ellos. Porque el trabajo ya está de sobra en las horas invertidas, pero ahora toca exprimirlo inteligentemente para mejorar la eficiencia.

Por fortuna, creo que venimos de un año y una etapa tan revueltos que existe mucho margen para quitarnos mochilas innecesarias que sólo añaden ruido en forma de perífrasis y orientar todo el trabajo a resultados, sin ambages.

Mis dos principales aprendizajes están siendo la improvisación y la intuición. Aprender a improvisar porque, con la propia inercia de la generación de decenas de horas de contenido formativo para mis clases en la universidad, de repente he documentado una gran parte del conocimiento que antes solo tenía desestructuradamente en mi cabeza. E intuición en cuanto a que si hay que navegar por un proceso creativo o analítico que ya tiene referencias culturales de otros proyectos aledaños, no necesito escarbar hasta las capas más profundas para saber oler dónde están las claves que necesito para avanzar.

Esto es algo que antes no me pasaba y de lo que estoy orgulloso, así que la próxima vez que escriba alguna bio, estiraré mis aptitudes hasta donde me permita la realidad, que ya va siendo hora de empezar a fardar.